lunes, 25 de enero de 2010

Etanol

Dispuesto a salir y perder lo poco que quiero ganar, desconectar y arrancarlo todo dejando mi subconsciente al mando de todo como jubilado de la sociedad camino en zigzag entre los coches sus luces deslumbrantes me despiertan y tras un rápido resoplido entro en un oscuro bar a pedir otra ultima copa.
Después de varias ultimas copas ya voy hecho un zarrio, quemando la tristeza en el horno de las risas oculto todo lo que tengo que quemar con otra ultima copa. Una vez más borracho, lo peor no es estar en ese estado, lo peor es que es una vez más, no puedo recapacitar me duele la cabeza y ademas no me reconozco,no se quien era anoche, ahora solo queda esperar, tratar de no volver a caer aunque se que volverá a pasar, lo se por que lo temo.
Depende de mi, de nadie más claro esta, tengo grandes amigos que realmente me saben aconsejar, amigo leal no hay peor compañía que las bebidas de un bar, cuan razón llevas pero la historia se repite una vez y otra, vuelve a pasar he roto mi soledad, mi silencio entre bebidas de alegres colores.
Pensando en imposibles amores, en un ignoto provenir me voy dejando llevar por mi instinto, no lo se, desaparezco, desvanezco como el hielo en la copa que aun estando fría, sorda y muda es la que me arropa.
Desconcertantes y confusos días de resaca acontecen un día en un mar de dudas, volví a ser zarandeado y lanzado al mar de la inconsciencia para acabar de nuevo varado en la playa desierta del desconsuelo. Acabo en casa, sentado en el suelo ya no puedo seguir, he de abandonar pocas veces se donde ir, ahora si, no tiene sentido buscar un camino estando así, fue una estúpida carrera al desastre, un suicidio masivo de neuronas, una deplorable imagen y una oscura ojera en cada ojo, esta resaca me hace sentir en este mundo tan insignificante como un minúsculo piojo. Rafael Apresa.

No hay comentarios: