miércoles, 10 de noviembre de 2010

Autopista

Los grillos son callados por el silbido de los coches, la luna pasa a segundo plano por las brillantes luces de los coches, las risas de los niños son distorsionadas por el chirrido de los frenazos, las sombras son sustituidas por el rojo de las luces de freno de los coches, las aceras son vacías y olvidadas, todos, todos vamos en cómodos y elegantes coches eléctricos. No necesitamos pensar donde queremos ir, nos dejamos guiar por maquinas que absolutamente hacen casi todo por nosotros, aun sonreímos a nuestro antojo. Los niños son educados con grandes pantallas de una definición artificial sorprendente, no necesitan ir al colegio y relacionarse en persona con otros niños todo esta en esa pantalla.
A la calle se sale para sentirse vivo, pero hay tanto silencio en los parques que los animales han dejado de ser domésticos y son a veces una amenaza para los humanos, hay mascotas idénticas en semejanza a los vivos hechas de materiales de una calidad excelente que quien quiere un gato teniendo un gato robot que es mucho más inteligente y barato. A las palomas les siguen echando migas de pan, hay cosas que se salvan de la tecnología.
Los sentimientos no han podido ser creados artificiales, eso hace que la armonía y la esencia humana prospere, pero con una oscuridad alarmante, pronto seremos maquinas, peor aun, dejaremos de ser libres para ser dependiente de maquinas. Es horrible lo bien que lo pasamos delante de nuestras pantallas.

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