lunes, 1 de febrero de 2010

Caos.

El caos, la violencia, lleva a deteriorar nuestra esencia, nos comportamos como irracionales individuos de ese infierno inventado para dar rienda suelta a sus peores, crueles y inimaginables locuras, gastando nuestra ira de una manera violenta.
No olemos a azufre, olemos a pólvora en nuestra sangre, no tenemos conciencia ni conocimiento, tenemos maldiciones sobre la libertad y quebramos las alas a la paloma de la paz.
Dejamos de ser las manos que acarician la piel de nuestros prójimos para dar fuego a la leña y ser solo bestias en busca de sangre, horror, destrucción y caos, como sedientos de muerte de ignorancia, rabiosos de dolor y de desahogo en este maldito reloj de arena llamado vida.
Lloverá sobre nuestras almas el dolor de nuestros hermanos y nos cegaremos apuñalando la espalda de otro hermano nuestro , rotos por el dolor, confundidos en la oscuridad de tanta velocidad mientras todo esta destrozado y nos aniquilamos los unos a los otros como se pliega un cartón sobre si mismo quedará todo. Generalizando el caos, la destrucción ymaldiciendo la evolución de nuestras armas para derramar nuestra propia sangre sobre nuestra madre tierra, quemando fuego con fuego, mojando agua con agua, todo es imposible cuando solo existe el dolor, solo sabemos respirar hasta que nuestro propio contaminado aire nos asfixia. Rafael Apresa.

1 comentario:

jacinto rumiante dijo...

interesante reflexion, no conocia el blog, pero tiene muy buena pinta, sigue deleitandonos con tus reflexiones.. muchas gracias desde santander..